viernes, 25 de julio de 2014

Richard Ramirez

"Al principio, solo golpeaba y violaba, dejando incluso a la mayoría de sus víctimas con vida pero después se hizo más sádico; como, por ejemplo, en el asesinato de una joven a la que violó y le sacó los ojos con una cuchara…"



Algunos psicólogos calificaron a Ramirez como un asesino fuera del grupo de los asesinos normales. El “merodeador nocturno” mató a 14 personas en Los Ángeles entre 1984 y 1985.
Como la mayoría de los asesinos en serie, Ramirez fue en su adolescencia un chico problemático: a los 9 años ya comenzó a robar y más tarde a consumir drogas en Texas, su estado natal.
Una vez en Los Ángeles, comienza su carrera como asesino, sin unas pautas concretas, lo cual hacía más difícil su detención: mataba a personas dándole igual sexo, raza, edad o condición. Las armas utilizadas iban desde un bate de béisbol a un puñal, pasando por varios tipos de pistolas.
Su modus operandi también oscilaba, ya que podía asesinar de una manera organizada sin dejar pista o matar sin ningún cuidado creyéndose amparado por su dios Satán, dibujando signos satánicos en las paredes , comiendo en casa de sus víctimas, robándoles el dinero que llevaban encima o dejando las armas homicidas en el lugar del crimen
Su juego preferido era salir de caza, acompañado por un walkman, oyendo AC/DC, encontraba a su víctima y entraba en su casa preparado para violar y matar.
Al principio, solo golpeaba y violaba, dejando incluso a la mayoría de sus víctimas con vida, pero después se hizo más sádico, como por ejemplo, en el asesinato de una joven, a la que violó y la sacó los ojos con una cuchara, matando a la chica después y enviándolos (a los ojos) a su casa al día siguiente.
Como muchas de sus víctimas sobrevivían, una mujer le reconoció en Agosto del 85 por la calle. Después de numerosos retratos robot enviados por la Policía, un grupo de gente a la voz de “¡matadlo!” le persiguió y capturó mientras intentaba robar un coche, salvándose de ser linchado por una patrulla de policía
El 4 de Octubre del 89, realiza las siguientes declaraciones: “…Yo no creo ni en la hipocresía ni en los dogmas morales de la llamada sociedad civilizada. Sólo me basta con mirar dentro de esta habitación, para conocerlos tal y como son: mentirosos, cobardes, asesinos, ladrones… y cada uno con su propia profesión legal. Son unos gusanos hipócritas, me ponen enfermo…”
“…No necesito oír todos los raciocinios de vuestra sociedad. Ya los he oído antes y los argumentos siempre son los mismos…”
“… No me entendéis. Tal y como suponía, no sois capaces de hacerlo. Yo estoy más allá de vuestra experiencia. Estoy más allá del bien y del mal…”
Finalmente es acusado de 14 asesinatos, 5 intentos de asesinato, 9 violaciones (entre las cuales 3 fueron a menores), 2 secuestros (solía secuestrar niños para abandonarlos a cientos de kilometros de su casa solo por el placer de hacerlos sufrir), 4 actos de sodomía, 2 felaciones forzadas, 5 robos y 14 allanamientos de morada. A pesar de estos datos, se estima que actuó en muchas más ocasiones ya que su modus operandi no era fácilmente identificable y él nunca colaboró con la Policía dando datos de sus crímenes.
En 1989 es condenado a la cámara de gas, pero Ramírez no perdió su fe: “… !Legiones de la noche!, !Razas de la noche!, no repitas los errores del Night Stalker y no concedas clemencia alguna… Yo seré vengado. Lucifer está con nosotros…”





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